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La Voz De Nuestros Jóvenes Futbolistas

La voz de nuestros jóvenes futbolistas

Artículo de opinión publicado por Alfredo Sáenz Ibáñez, experto en Deportividad y Prevención de la Violencia, diplomado en Magisterio Educación Física, licenciado en Psicopedagogía, doctor en “Deportividad y violencia en el fútbol base” y Director General de Gesto Deportivo.

He hablado con muchos jóvenes deportistas antes y después de su práctica deportiva, tanto en entrenamientos como en competición. Después de dialogar unos minutos con ellos sobre el deporte que realizan y ver lo motivados que están, me gusta preguntarles sobre las personas que les rodean mientras realizan el deporte con el que tanto disfrutan. En estas líneas, me he centrado en las aportaciones que realizan niños y niñas sobre las cualidades que consideran que debe tener un buen entrenador. Todos coinciden en que el buen entrenador:

  1. Es cariños, simpático, agradable, paciente, gracioso y amable.
  2. Es cercano, comprensivo, abierto, divertido, dinámico, constante, generoso, puntual.
  3. Hace los entrenamientos entretenidos.
  4. Es exigente.
  5. Le entiendo y sabe explicar los ejercicios que propone con paciencia.
  6. Se preocupa por mí.
  7. Sabe animarme.
  8. Me respeta.

Y sabe hacerse respetar. De las decenas de niños a los que les he preguntado qué es para ellos un buen entrenador, han dicho muchas características. Pero en las ocho señaladas coinciden la mayoría. De la misma manera, también les he preguntado sobre las características que tiene un mal entrenador. Todos coinciden en que el mal entrenador:

  1. Es arisco, frío, seco, monótono, desconfiado, indiferente, …
  2. Me desmotiva.
  3. No me escucha. Pasa de mí.
  4. Hace los entrenamientos aburridos y siempre son los mismos.
  5. Contesta de malas maneras.
  6. No me respeta. Siempre riñe. Siempre parece que está enfadado.
  7. Tiene problemas con los entrenadores del otro equipo. Y también con los padres.

Estas son las opiniones de nuestros jóvenes deportistas sobre lo que para ello es un buen y un mal entrenador. ¿Te identificas en alguno de los dos grupos?

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